26 marzo 2014

Miserias del Oligopolio: una radiografía del sector energético español

Los oligopolios energéticos que se dan en España tanto en el negocio de la electricidad como en el de los hidrocarburos tienen consecuencias negativas a distintos niveles. En primer lugar, la existencia del oligopolio implica precios más altos que los que se darían en una situación de competencia. Esto es negativo para los consumidores; pero también suponen un importante lastre para las empresas que soportan unos mayores costes y pierden competitividad. En segundo lugar, los oligopolios son una amenaza para la democracia, porque los intereses de estas megacompañías prevalecen sobre los de los ciudadanos. Por último, el oligopolio, dificulta la transición hacia otro modelo energético en el que las renovables tengan un mayor peso.

Miseria de mercado: pobreza energética y falta de competitividad

La existencia de un reducido número de empresas oferentes en un mercado, lo que se conoce como oligopolio, hace posible que dichas empresas acuerden no competir entre ellas y acaben fijando el precio del producto. Las prácticas oligopólicas no son legales y el Estado tiene la obligación de actuar cuando estas se producen para garantizar que se dé una competencia adecuada. Sin embargo, en el caso español la actuación del Estado frente a los oligopolios energéticos se ha movido desde el “dejar hacer” que podemos observar en el sector de los hidrocarburos, al papel activo de regulador en favor de las compañías que ha tenido en el sector eléctrico.

Si atendemos al sector de los hidrocarburos el propio ministro Soria se ha visto obligado a reconocer esta semana que en España la gasolina es cara por un excesivo margen de las petrolerasi. En el último año el margen de la gasolina, un negocio controlado en España por tres grandes empresas (Repsol, Cepsa y BP) ha aumentado un 25%. Mientras se ponen en marcha reformas laborales que pretenden aumentar la competitividad a base de recortar el sueldo a los trabajadores, las petroleras suben sus márgenes suprimiendo en gran medida las ganancias de competitividad que se habían dado por la bajada de salarios. El balance es claro. La industria es perjudicada; no mejora su competitividad, los salarios son más bajos pero los combustibles más caros. Los ciudadanos son los más castigados; ven reducirse sus sueldos y pagan más por desplazarse. Las compañías petroleras se benefician del aumento de precios. Corolario: el gobierno actúa como un Robin Hood invertido que redistribuye desde los pobres hacia los ricos.

En el sector eléctrico, un sector ampliamente regulado, tenemos que las empresas eléctricas españolas tienen unos márgenes que suponen aproximadamente el doble de los que obtienen sus homólogas europeasii. Esto es consecuencia de una regulación que beneficia a las empresas en contra de los intereses de la mayoría social. A pesar de que el impacto de los elevadísimos precios de la electricidad se ha visto limitado, en parte, por la existencia de la Tarifa de Último Recurso, regulada por el gobierno; esto ha sido a costa de generar una enorme deuda con las compañías eléctricas. El conocido como déficit de tarifa es la diferencia entre lo que paga el consumidor en la tarifa regulada y lo que ingresa la empresa. El déficit va generando una deuda que o bien deberá pagar el consumidor en futuras facturas o bien deberá ser asumida por el Estado. Actualmente esta deuda asciende a unos 26.000 millones de eurosiii.

El intento del gobierno de controlar esa deuda se traduce en nuevas subidas de la tarifa. Según Facua la tarifa eléctrica se ha encarecido un 35,15% para el usuario medio en los últimos cinco añosiv. Entre 2003 y 2011 el aumento de la tarifa fue del 63%v. Estos precios, especialmente en una situación de crisis económica profunda y alto desempleo como la que se está viviendo en España implican que muchas familias tienen que restringir el uso de los aparatos calefactores en invierno y que, en caso de que no puedan hacer frente al pago de la factura, pueden verse condenadas a un corte de luz. Es lo que se conoce como pobreza energética y más de cuatro millones de personas la sufren cada día en Españavi.

Para la industria las perspectivas de una tarifa de la luz cara no son más halagüeñas que para las familias. Por ejemplo, el sector del reciclaje ha denunciado ante los Ministerios de Industria y de Economía que las recientes subidas de la tarifa eléctrica pueden implicar que muchas empresas tengan que cerrar o despedir trabajadoresvii. La falta de competitividad inducida por las subidas tarifarias se traduce en más paro y en más recortes salariales. Mientras, los directivos de las grandes empresas, en plena crisis, subieron sus sueldos un 7% en 2013viii. Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola ganó, él solito, 7,4 millones de eurosix.

Miseria de democracia: la política de puertas giratorias

En un contexto de grandes oligopolios privados que controlan los sectores estratégicos de un país, la democracia también funciona mal . Es bien conocido, por ejemplo, el sistema de puertas giratorias a través del cuál las élites pasan de los puestos de responsabilidad en los gobiernos a los consejos de administración de las grandes empresas privadas y viceversa. Estas puertas giratorias podrían interpretarse como el pago que las compañías energéticas dan a los políticos por los servicios prestados durante el ejercicio de sus cargos públicos.

La lista de ex-políticos en consejos de administración de grandes empresas es extensax. Solamente en el sector eléctrico El Confidencial identificaba 24 ex altos cargos públicos de los diferentes partidos que actualmente tienen responsabilidades de gobierno en las diferentes autonomías: PSOE, PP, CIU y PNV, además de un ex miembro de la UCDxi. En esta lista se encuentran dos de los tres expresidentes del gobierno que actualmente se encuentran vivos: Jose María Aznar en el consejo de administración de Endesa y Felipe González en el de Gas Natural.

Las puertas giratorias relegan al interés general a la sección de objetos perdidos. Los representantes políticos dejan de representar los intereses de sus votantes para defender a ultranza los privilegios de una oligarquía de la que, en última instancia, acaban siendo socios preferentes.


Miseria de modelo energético: combustibles fósiles y dependencia

Decíamos que el oligopolio energético dificulta la transición hacia otro modelo en el que las energías renovables tengan un mayor peso. Esto no sólo es perjudicial desde unas perspectiva ecológica sino que, además, puede tener unos efectos económicos desastrosos en un futuro no muy lejano. Téngase en cuenta que nos encontramos en un momento en el que los combustibles fósiles se encuentran en un proceso de agotamiento progresivo que va a disparar los costes de producción de la energía y en un país con una dependencia fósil casi total respecto al exterior.

Durante la actual legislatura se ha puesto en marcha una política deliberada contra las energías renovables. Precisamente con el objetivo de hacer frente al déficit de tarifa, el gobierno del PP retiró en 2012 las primas a los nuevos proyectos en energías renovables. Además se aprobó una regulación que penaliza de manera importante los pequeños proyectos autónomos de generación. Esto ha paralizado las inversiones en este tipo de energías en contra de una tendencia que se da ya a nivel mundial y no sólo en los países desarrollados. Las renovables no son el futuro, son el presente; la generación de energía solar ha aumentado a nivel mundial un 35% en 2013 y se espera que este año el aumento sea del 40%xii.


Hay que decir que la estructura oligopólica del mercado energético o las puertas giratorias no son situaciones que se den solo en España. La supresión de las primas a las renovables, por ejemplo, se ha convertido en una de las demandas a nivel europeo de las grandes compañías eléctricas que parecen no sentirse cómodas en un sector, el de las renovables, en el que es más fácil implementar pequeños proyectos de generación y en el que, por lo tanto su poder podría verse amenazado.

Pero, a pesar de que el oligopolio energético no es un fenómeno exclusivamente español si que se puede observar cierta tendencia a que los rasgos de esta deriva oligárquica presente unos perfiles más marcados o más visibles que en otros países europeos.

Como vemos el oligopolio genera miseria. Miseria en el consumidor al que condena a la pobreza energética. Miseria en la industria, a la que resta competitividad. Miseria en el sistema democrático, al que convierte en un entramado de puertas giratorias. Y, finalmente, miseria ecológica porque redunda en un sistema energético destructivo e insostenible.

Fuentes

i http://economia.elpais.com/economia/2014/03/25/actualidad/1395763715_672866.html
ii http://www.eleconomista.es/interstitial/volver/acierto-agosto/mercados-cotizaciones/noticias/4870920/05/13/Las-electricas-espanolas-casi-doblan-el-margen-de-beneficio-de-las-europeas.html
iii http://cincodias.com/cincodias/2013/04/18/empresas/1366304570_744352.html
iv http://publico.es/dinero/499579/el-gobierno-sube-un-18-el-precio-de-la-parte-fija-de-la-electricidad-y-baja-un-6-la-variable-segun-facua
v http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/11/18/actualidad/1384804082_062275.html
vi http://www.publico.es/actualidad/490747/mas-de-cuatro-millones-de-personas-sufren-pobreza-energetica-en-espana
vii http://www.expansion.com/2013/11/08/empresas/energia/1383931643.html
viii http://www.expansion.com/2014/01/14/economia/1389698127.html
ix http://www.elmundo.es/economia/2014/02/21/5307354222601d083e8b4570.html
xi http://www.elconfidencial.com/espana/2013-12-21/el-sector-electrico-espanol-da-trabajo-a-24-excargos-publicos_69155/


xii http://www.expansion.com/2014/03/25/empresas/energia/1395750988.html

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